LA PIZARRA, SOLIDAMENTE LIGADA A LAS NOTABLES
CONSTRUCCIONES SERRANAS, CORONA EL HOTEL
EL LODGE .
En Plena estación de esquí.
Enclavado en una pequeña ladera, como mordiendo la montaña, se enclava uno de los hoteles más lujosos del
mundo dentro del turismo de la nieve.
Un Hotel de referencia para un
público con gran poder adquisitivo. EL GRAN HOTEL EL LODGE.
Su Origen data de hace más de 22 años,
reformado en 2013.
La fatídica mañana del miércoles, 3 de enero de
2014, sobre las 9 , sorprendía un devastador incendio, 20 empleados y unos 32
clientes que allí se encontraban fueron testigos de principio a fin , viendo
con impotencia como en apenas 5 horas, la estructura de madera y con ella todo
el contenido del hotel se consumía
agigantadamente, nada pudieron hacer más que contemplar lo inesperado, EL HOTEL
EL LODGE DESAPARECIA Y QUEDABA REDUCIDO A UN MONTÓN DE CENIZA.
Sus propietarios, se resistieron
a ver el espacio vació. La Compañía Alpinne Resort, del grupo Marbella club, de
inmediato empezó a gestionar la Construcción de un nuevo hotel, como buscando
la resurrección del anterior.
Doña Tatiana Gutierrez Juarez,
arquitecta, asume el reto de proyectar la nueva obra, asistida en todo momento
por D. Rene Primelles, un rigorista consumado aparejador. La Conocida Empresa
Jamena, S.l se encargaría de coordinar y llevar a cabo la carga de la
construcción, al mando del Ingeniero de Edificación D. Jesús Sanchez Blanco.
Así un lunes, 15 de septiembre de 2014 se pone en marcha la nueva obra, para
ser inaugurada en noviembre de 2016. Un año frenético para dar vida a la
majestuosa construcción, que ocupa unos 500 m/2.
A partir de su cimentación se
construye íntegramente en madera, Madera que se porto directamente desde
Finlandia más de 25 trailers fueron necesarios, con ella se hizo toda la
estructura e interiores. Desde el principio estaban claros los materiales
principales del proyecto, que establecen una estrecha relación con la tierra y
el paisaje. Madera, piedra, cristal y pizarra
de Valdeorras, protegen el nuevo Lodge.
Se opta por estudiar una cubierta
singular, conscientes de la importancia del hotel y el clima a la que va a estar sometida. Del estudio
se encargo la empresa Cumalsa, s.l. conocedora del resultado que da el noble material
en climas tan extremos, no en vano cubrió el también prestigioso Meliá Sol y
nieve, ubicado igualmente en la sierra Granadina. Partiendo de la estructura de cubierta, se
opta por un soporte a base de madera y aislamientos, todo ello hecho in-situ.
Para finalmente rematar con piezas de pizarra de 40x22mm. de la firma
valdeorresa Intradima, solapadas hasta
10 cm. Igualmente se han diseñado paranieves especiales, calculados para poder
ser calefactados. Desde los balcones que dan a la fachada principal se pueden
contemplar las cubiertas inferiores en las que se empeló pizarra de 40x25 de abundante grosor,
ofreciendo así una imagen espectacular.
Lo mismo sucede en la terraza,
que está adornada con un chiringuito de unos 50 m/2 coronado por una cubierta
poligonal, que se puede contemplar y hasta tocar. Aquí se empleo la misma
pizarra gruesa, impresiona su color natural con el contraste de la nieve, da la
sensación de un cuadro vivo. Fue tal la acogida de la pizarra que decidieron
aportarle más nobleza a las jardineras que embellecen el entorno, coronándolas
con pizarra de 3 cm de espesor. Consiguiendo así un espacio único en donde
predominan los colores naturales del paisaje,La pizarra natural y la madera constituyen un contrapunto que interactúa con la naturaleza.
El hotel, de diseño buscado,
encaminado a crear un oasis en plena montaña que favorece el bienestar de los
más exigentes. En encuentra a escasos metros de una de las numerosas pistas de
esquí, de echo que se puede acceder directamente para llegar esquiando hasta
los principales remontes. Consta de 25
lujosas habitaciones, entre ellas 7 suites, la más grande de 80 m/2. Un cubo
central acristalado da acceso a las dos
alas en las que se encuentran las habitaciones. Las cristaleras aportan una
naturaleza temporal poética, que se hace eco con el reflejo del paisaje
renovado circundante. La decoración interior cautiva desde el momento que se
pasa la puesta principal. Da la bienvenida una acogedora cafetería y unos ricos
salones que invitan a la contemplación sin moverse. La madera cierra cualquier espacio, la piel
está muy presente. Toda la decoración está pensada para un edificio alpino. Las
lámparas, se repiten como replicas de enormes cornamentas, todo el mobiliario
está repleto de maderas naturales. Acogedoras terrazas exteriores permiten el
disfrute y la contemplación del paisaje y de una obra única que no se puede
fotografiar, ni en cámara ni en retina
sin la pizarra de valdeorras.